La catarata es la principal causa de ceguera y discapacidad visual en todo el mundo, pero es una ceguera tratable.
Debido a las mejoras en la alimentación, a nuevos medicamentos y avances en la Medicina, cada vez vivimos más años, pero esto lleva aparejado problemas de salud asociados a la edad avanzada, y las cataratas constituyen uno de los más frecuentes.
De hecho, más de la mitad de los mayores de 65 años en el mundo tienen cataratas, y ya somos más de 8 mil millones (48 millones en España).
Se calcula que ya se realizan más de 40 millones de operaciones de cataratas anualmente en todo el mundo, siendo la cirugía más frecuente en las personas. En España se realizan anualmente unas 500.000.
¿Qué son las cataratas?
La catarata es la pérdida de transparencia del cristalino, la lente natural que tenemos detrás de la pupila por donde pasan los rayos de luz al interior del ojo, que junto con la córnea ayuda a enfocar las imágenes en la retina. Cuando el cristalino pierde transparencia, normalmente debido a la edad, las imágenes de los objetos se perciben borrosas. Esto suele ser lentamente progresivo y, si no se tratan, el ojo acaba siendo ciego.
¿Cómo se pueden prevenir?
Las cataratas normalmente no se pueden prevenir ni evitar, puesto que suelen aparecer como una consecuencia del paso del tiempo, pero se deberían diagnosticar precozmente antes de que se hayan desarrollado y tengan graves consecuencias en la calidad de vida de quien las sufre.
Aparte del envejecimiento, hay varios factores que aumentan el riesgo de tener cataratas como son la diabetes, traumatismos, cirugía ocular previa, miopía alta, glaucoma, factores genéticos, ciertos medicamentos, tabaquismo, exposición excesiva al sol, obesidad, beber alcohol en exceso, radioterapia cerca del ojo, antecedentes familiares de cataratas, enfermedades inflamatorias oculares, hipertensión arterial, malnutrición, etc.
Las personas que han tenido catarata en un ojo tienen más probabilidades de tenerla en el otro, aunque con frecuencia se producen a la vez en ambos ojos.
Los bebés pueden nacer con cataratas a consecuencia de enfermedades de la madre durante la gestación (rubéola), y los niños también pueden padecerlas aunque raramente.
Síntomas iniciales de las cataratas
Los síntomas más comunes que pueden indicar que se están desarrollando cataratas son:
- Visión borrosa, sobre todo la visión lejana.
- Especial sensibilidad a la luz intensa. La molestia frente a las luces de los vehículos es uno de los indicios más frecuentes; suele derivar en una gran dificultad para conducir por la noche.
- Más comodidad visual en un día nublado que en días soleados.
- Cambios frecuentes en la graduación de las gafas.
- Ver halos alrededor de las luces
- Aumento de la miopía (visión lejana poco nítida) a partir de los 50 años.
- Necesidad de luz más intensa para poder leer.
Tratamiento de las cataratas
Aunque hace años que se investiga para encontrar un tratamiento de las cataratas con medicamentos, hasta la fecha no se ha conseguido nada significativo y el único tratamiento efectivo es la cirugía.
La operación de catarata es una cirugía ambulatoria (sin hospitalización) que suele durar menos de 20 minutos y es indolora. Se realiza actualmente con unas gotas anestésicas, sin pinchazos, y es muy efectiva. El procedimiento de extracción de la catarata se denomina facoemulsificación, y los avances tecnológicos han permitido simplificarlo enormemente.
Habitualmente se consigue recuperar la visión que se tenía antes de la aparición de la catarata o incluso mejor, pues al implantar una lente intraocular personalizada es posible también corregir defectos refractivos previos como la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y la presbicia.
La Sanidad Pública por el momento sólo ofrece a los pacientes las lentes intraoculares monofocales, con lo que no se corrige la presbicia (“vista cansada”), y también tiene restricciones en la corrección del astigmatismo.
La recuperación postoperatoria es rápida, y en uno o dos días la persona recupera su visión.
Las cataratas no vuelven a desarrollarse en un ojo ya operado. A veces sucede que con el tiempo se opacifica la membrana que envuelve la lente intraocular (que se mantiene durante la cirugía para permitir una mejor sujeción de ésta), y puede ser tratada fácilmente con LÁSER YAG, sin tener que volver a pasar por el quirófano. Es lo que se ha denominado catarata secundaria.
¿Cuándo debe operarse la catarata?
No hay que esperar a que la catarata esté “madura” para operar. Cuanto más avanzada está la catarata, la operación es más difícil y hay más riesgo de complicaciones. Por lo tanto, actualmente se recomienda operar cuando la catarata empieza a dificultar algunas de las actividades normales de la persona.
Otras indicaciones de la cirugía de las cataratas incluyen los casos en que la catarata provoca una subida de la presión intraocular o cuando provoca inflamación intraocular.
Lentes intraoculares
Después de la Segunda Guerra Mundial, en el año 1949, un oftalmólogo inglés llamado Harold Ridley realizó el primer implante de una lente intraocular en el mundo tras la extracción de una catarata.
A partir de esa fecha las lentes intraoculares han ido evolucionando y desde hace unos 35 años su uso rutinario se ha establecido al ser la mejor opción de rehabilitación visual tras la cirugía de las cataratas.
Si no se implanta una lente intraocular en la cirugía de la catarata, la persona operada precisa de una gafa de muy alta graduación para poder ver más o menos bien, de la que depende para todo el resto de su vida.
Hoy en día, los cirujanos oculares disponemos de una gran variedad de lentes intraoculares con diferentes prestaciones. Se intenta personalizar cada caso según las necesidades visuales de cada paciente, notándose un gran incremento en la demanda de lentes intraoculares multifocales que permiten la recuperación de la visión lejana y también de la lectura a corta distancia.
En la sociedad en que vivimos cada vez prima más la mejora en la calidad de vida, y estas lentes intraoculares ayudan a mejorarla.
Los oftalmólogos especialistas en cirugía de las cataratas pueden aconsejar en cada caso la mejor opción.
Ventajas de la operación de cataratas
En nuestro día a día, los oftalmólogos nos damos cuenta que nuestros pacientes tienen muchas lagunas informativas cuando llega el momento de afrontar la cirugía de las cataratas. Desconocen las diversas opciones terapéuticas, en qué momento se aconseja operar, qué beneficio alcanzarán tras la operación, etc.
La cirugía de las cataratas ofrece algo más que una mejoría en la visión. Permite a los pacientes conservar las habilidades que más les gustan y que antes evitaban por ver mal.
Hay estudios que demuestran que, estadísticamente, las personas operadas de cataratas viven más años, tienen menor riesgo de caídas, menos fracturas de cadera, y mejor calidad de sueño. Incluso disminuye el riesgo de un deterioro cognitivo.
Las personas afectas de enfermedad de Alzheimer y otras demencias, si presentan cataratas en cierto grado, mejoran su calidad de vida notablemente e incluso la cognición tras la cirugía de éstas. Además, un estudio norteamericano encontró que los pacientes no tratados por discapacidad visual tenían un riesgo 9 veces mayor de desarrollar Alzheimer.
Otro grupo de investigadores en Canadá observó, en un estudio que duró 10 años con medio millón de pacientes de más de 65 años, que la cirugía de cataratas reducía el riesgo de verse implicado en accidentes de tráfico graves.
Tras la cirugía de las cataratas también aumenta la capacidad de los pacientes para tener más autonomía, pudiendo realizar actividades sociales con más frecuencia.
Resumiendo, no hay que asustarse al ser diagnosticado de cataratas. La cirugía de las cataratas es una cirugía muy frecuente, y ha alcanzado en los últimos años un nivel de perfección difícilmente superable, con muy escasas complicaciones. La mejoría notable en la calidad de vida tras la operación de cataratas está ampliamente demostrada.
La lectura de este contenido no sustituye la visita al oftalmólogo, por favor acuda a un especialista médico para poder obtener un diagnóstico adecuado.
Dr. Miguel March Balle. Director Médico, oftalmólogo de Excimer Láser Palma